Entre estrellas...

mis hermosas estrellas..

Cuando cae la noche, algunas personas, disfrutamos de un hermoso cielo, un cielo con muchas estrellas brillando, con una luz tan fuerte que llega a nosotros a través de millones de años luz de distancia! Es un paisaje hermoso, todo un fondo de oscuridad se interrumpe con destellos plateados para iluminarnos, y en ocasiones, guiarnos. Y es que las estrellas, no son solo hermosas, son útiles!En el transitar de nuestras vidas, podemos topar con la suerte de conocer "estrellas", y no estoy hablando de grandes celebridades, no, para nada!( Para eso ellos tienen publicistas! :P). Hablo de esas personas que llegan a nosotros por gracia divina, a iluminar el manto oscuro que nos rodea. Si hablo de ti, querido amigo, que eres una estrellas que brillo en el cielo de mi soledad. 

Desde mi punto subjetivo, cada persona tiene un cielo personalizado, si un cielo donde cada estrella que posee brilla de maneras tan diversas como las diferentes personalidades que cada uno posee. Y en mi cielo, han existido todo tipo de estrellas. Desde soles, que han iluminado y dado calor a mi vida, como estrellas fugaces, que a pesar de lo efímero de su visita cumplieron hermosos deseos en mi memoria.Claro, en ocasiones perdemos amistades, y, (para los que pusieron atención en clases.. jejejeje (^~^)),¿Que pasa cuando muere una estrella?, pues si, eso mismo, se convierte en un agujero negro que devora toda la felicidad y cariño que compartiste con esa persona, es muy triste, pero sucede.

Me encantaría que en mi cielo y el tuyo nuestras estrellas siempre brillara, sin importa la distancia o la ausencia, aun a través de la muerte tener la esperanza de volver a brillar juntos, el uno para el otro. Por eso, cuando estés cansado, triste, deprimido, adolorido, trabajado, y demás, recuerda que hay todo un cielo de estrella que brillan con el objetivo de verte sonreír y decirte, por medio de su destello, "Aquí estoy".

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero;
pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

Eclesiastés 4:9-10