En el rocío.
Ella recibió sus palabras como las plantas el rocío, con gratitud. Era vida, de nuevo vida a su cuerpo, a su sueños y sedante para el dolor. Ella recibió sus palabras mientras su cuerpo recibía su tacto. El lunes se reportó enferma, no podía enfrentarlo, por lo menos no todavía, menos después de un sábado y domingo llorando, comiendo helado y viendo anime (los más tristes de su colección), en resumen un fin de semana para revolcarse en su dolor. Así que decidió que ese lunes se iba a cortar y teñir el cabello estaba harta del rojo quería volver al negro, cambiar su maquillaje, comprar nuevos lentes, unos cuantos zapatos nuevos tampoco le hacen daño a nadie y comprar más libros. La dieta no fue parte de su plan de cambio, pero decidió entrar en un curso de Karate, necesita matar la energía sexual acumulada. Prometió guardar celibato, no iba a volver a enamorarse, necesitaba recuperar su fuerza, confianza. Bueno seamos sinceros más que recuperarla, necesitaba fuerza y confianza. El m...